Tartufi Neri Estivi Interi
Trufa Negra Entera Estiva
La Trufa Negra, Tuber Aestivum Vittadini o Scorzone, es reconocida y apreciada mundialmente como un producto gourmet del más alto nivel. Nuestras trufas cuentan con un certificado de origen y calidad de la empresa Bosco D’oro de Ascoli Piceno en la región de le Marche y viene en una elegante presentación en frasco de vidrio idónea para todo tipo de regalo.
Esta presentación de trufa no se caracteriza por tener un sabor potente, por lo que si se quiere utilizar en una preparación se recomienda calentar levemente un poco de aceite de oliva extra virgen, laminar o rallar la trufa y dejar enfriar. Una vez frío ya está listo para utilizar. Por otro lado, si necesitas darles más sabor a tus platos puedes usar directamente el condimento de trufa Negra o Blanca
Consejos y métodos de conservación:
Los tiempos y métodos de conservación varían según el tipo y tamaño de la trufa. No obstante, es importante señalar que la trufa es un producto que debe consumirse siempre fresco, ya que por muy cuidadosa que se sea en la conservación, siempre se producirá una cierta pérdida de "intensidad" en cuanto al sabor.
REFRIGERADOR: La conservación en el frigorífico es bastante eficaz y consiste en envolver la trufa en papel de cocina (absorbente), que hay que cambiar al menos una vez al día, para evitar que se humedezca demasiado y estropee el producto. De esta forma la trufa negra se puede conservar hasta un máximo de 10 días.
EN ACEITE: En este caso hay que colocar la trufa en un envase de vidrio, cortarla en tiras, cubrirla con aceite de oliva y dejarla en la nevera, obteniendo una duración de unos 7/10 días. Posteriormente podemos utilizar el aceite para aromatizar risottos u otros platos a los que queramos dar un toque de trufa.
CONGELADOR: Este método se recomienda para almacenar trufas durante períodos muy largos, hasta un año. El producto debe secarse y colocarse dentro de una bolsa de alimento, o se puede rallar y colocarse en la bolsa.
SALSA: Para hacer una salsa de trufa (dura una semana), combina 25 g de trufa rallada con 60 ml de aceite de oliva, una pizca de sal y una de pimienta, mezclando todo. En este caso, a diferencia de la conservación en aceite, ya no tendremos el producto entero o troceado para utilizar en nuestros platos, sino una crema con la que condimentar los ingredientes principales de nuestras recetas.
EN EL ARROZ: Un método de conservación controvertido: conservar la trufa en un tarro de vidrio tapado con arroz, y guardarlo en la nevera. Útil sólo en caso de una conservación corta de uno o dos días, ya que el arroz tiende a secar la trufa haciéndola secar. En ese caso, sin embargo, obtendremos un arroz aromatizado que puede servir para un excelente risotto.